Drones, cantos de pájaros falsos y trampas de vidrios rotos: Malasia está librando una “guerra de barrido de Bitcoin” sin precedentes

En las zonas de alta incidencia de minería ilegal de criptomonedas en Malasia, las operaciones de rastreo comienzan desde el aire. Drones sobrevuelan filas de tiendas y casas abandonadas, buscando fuentes de calor anómalas, una señal típica del funcionamiento de equipos mineros ilegales. En tierra, la policía utiliza sensores para detectar consumos eléctricos inusuales. A veces, los métodos de rastreo son aún más rudimentarios: los residentes llaman a la policía tras escuchar extraños cantos de pájaros, y al llegar, los agentes descubren que alguien reproduce sonidos de la naturaleza para ocultar el estruendo de las máquinas tras puertas cerradas.

Estas herramientas tejen conjuntamente una red de vigilancia móvil, dedicada a erradicar la minería ilegal de bitcoin.

En julio de 2024, un funcionario inspecciona equipos mineros tras una redada contra la minería de bitcoin

Las empresas mineras perseguidas actúan con extrema cautela: se trasladan frecuentemente entre locales vacíos y casas abandonadas, instalan capas aislantes para ocultar la radiación térmica de los equipos en funcionamiento; en los accesos colocan cámaras de circuito cerrado, sistemas de seguridad reforzados y barreras de vidrio roto para impedir la entrada de intrusos.

Así es el juego del gato y el ratón entre las autoridades malasias y los mineros de bitcoin. En los últimos cinco años, Malasia ha desmantelado alrededor de 14,000 puntos de minería ilegal. Según datos del Ministerio de Energía, la empresa estatal Tenaga Nasional (TNB) ha sufrido pérdidas de hasta 1.1 billones de dólares por robo de electricidad en ese periodo, y la tendencia sigue en aumento. A principios de octubre de este año, cuando el precio de bitcoin alcanzó un máximo histórico, las autoridades ya habían registrado cerca de 3,000 casos de robo de electricidad relacionados con la minería.

Bitcoin alcanzó un récord de 126,251 dólares en octubre de 2025, tras lo cual el precio de las criptomonedas cayó bruscamente

Hoy en día, Malasia está intensificando sus esfuerzos de control. El 19 de noviembre, el gobierno creó un comité especial interdepartamental, integrado por el Ministerio de Finanzas, el Banco Nacional de Malasia y el grupo energético nacional, para coordinar acciones específicas contra los operadores de minería ilegal.

“El riesgo de permitir este tipo de actividades va más allá del robo de electricidad”, afirmó Akmal Nasrullah Mohd Nasir, viceministro de Transición Energética y Recursos Hídricos y presidente del comité. “Estas actividades incluso pueden dañar nuestras instalaciones eléctricas y suponen un serio desafío para el sistema de red.”

La minería de bitcoin es esencialmente una competencia de potencia de cálculo: filas de equipos especializados realizan billones de operaciones por segundo con el objetivo de validar transacciones y obtener recompensas en bitcoin.

La minería de bitcoin es un gran negocio. El consumo eléctrico global de la minería de bitcoin ya supera el consumo total de países como Sudáfrica o Tailandia. Según el Cambridge Centre for Alternative Finance, actualmente más del 75% de la minería de bitcoin se concentra en Estados Unidos. La cuota de Malasia en el sector es menos clara: en enero de 2022, representaba el 2.5% del poder de cómputo global, pero Cambridge no ha publicado datos más recientes.

Lo que sí está claro es que los mineros malasios son expertos en adaptar todo tipo de espacios especiales para la minería.

El centro comercial ElementX, con vistas al estrecho de Malaca, es un enorme complejo que quedó desierto durante la pandemia y nunca se recuperó. Hoy, la mayor parte del centro sigue pareciendo un sitio en obras, con suelos de hormigón desnudo y cables eléctricos sin cubrir. A principios de 2022, el centro recibió a unos inquilinos especiales: mineros de bitcoin. No fue hasta principios de 2025, cuando un vídeo de TikTok exponiendo sus operaciones se hizo viral, que los equipos mineros fueron desalojados.

A cientos de millas, en el estado de Sarawak, en el este de Malasia, existen puntos de minería clandestina similares. Bloomberg News informó anteriormente que una empresa llamada Bityou instaló una granja minera en un antiguo aserradero. La empresa no respondió a las preguntas relacionadas con este artículo.

En Malasia, siempre que los operadores obtengan electricidad legalmente y paguen impuestos, la minería de bitcoin es una actividad legal.

Pero Akmal no está de acuerdo. En la primera reunión del comité especial el 25 de noviembre, los miembros debatieron si recomendar una prohibición total de la minería de bitcoin.

“Incluso si las operaciones mineras cumplen con la normativa, la extrema volatilidad del mercado sigue siendo un gran problema”, señaló. “En mi opinión, actualmente ninguna empresa minera puede considerarse ‘operando con éxito en términos legales’.”

Agregó que el gran número de puntos de minería ilegal de bitcoin y los patrones de actividad de quienes están detrás sugieren la presencia de crimen organizado.

“Estas actividades están claramente controladas por grupos criminales”, afirmó Akmal. “La movilidad de los equipos mineros entre diferentes ubicaciones muestra que sus métodos ya siguen un patrón establecido.”