Analistas: “los bajistas de Bitcoin ganaron la batalla”: ¿Bear Market inminente?

Las alarmas se encendieron en el ecosistema cripto tras el reciente retroceso de Bitcoin. Cientos de millones de dólares se evaporaron en horas, dejando a inversores de todo el mundo en alerta máxima ante la perspectiva de nuevas caídas en los precios y un inminente bear market.

El desplome vino acompañado de advertencias sobre eventuales eventos inesperados y riesgos de un ciclo bajista prolongado. La ansiedad se apoderó especialmente de quienes solo conocían las ganancias recientes, poniendo a prueba la resistencia de todo el sector.

¿Caídas generalizadas y pánico? Los bajistas imponen el ritmo en el mercado cripto

Las principales criptomonedas registraron retrocesos severos durante la última jornada, impulsadas por un cambio brusco hacia la aversión al riesgo. Bitcoin cayó a 107,470 dólares, Ethereum retrocedió a 3,700 dólares y la capitalización total cayó más del 2% en solo una sesión.

Los indicadores de sentimiento, como el Índice de Miedo y Codicia, descendieron a 42 puntos, reflejando la desconfianza predominante.

En X (antes Twitter), influencers y traders reflejaron el sentimiento negativo. En los comentarios del evento, el usuario Shibo señaló:

“LOS BAJISTAS TIENEN EL CONTROL TOTAL. LOS ALCISTAS HAN PERDIDO OFICIALMENTE LA BATALLA. AHORA PODEMOS DECIR CON SEGURIDAD QUE NOS ESPERA MUCHO MÁS DOLOR. Siento muchísima pena por cualquiera que tenga criptomonedas esta semana. TODOS SABEMOS QUIÉN TIENE LA CULPA…”.

La cita advierte sobre el dominio total de los vendedores y anticipa mayores pérdidas, subrayando la preocupación en la comunidad cripto.

En otra publicación, el analista advirtió sobre la llegada de un “cisne negro”, amplificando las dudas sobre la extensión de la caída. Las imágenes acompañantes, con prácticamente todos los activos en rojo, retratan la magnitud del desplome.

¿Antesala de un ciclo bajista prolongado?

La reciente caída fue impulsado por advertencias sobre valoraciones excesivas y riesgos macroeconómicos latentes a pesar del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China. El debate a través de las redes sociales intensificó la tensión, con expertos -como la ballena James Wynn- compartiendo su percepción.

“El smart money están abandonando las criptomonedas antes de que abran las bolsas. Tal como se predijo. ¡Agárrense fuerte! Esta semana pondrá a prueba a todos. Especialmente a los inversores minoristas con grandes patrimonios y a los que invierten en ETFs. El miedo, el dolor y el pánico máximos ya deberían haberse desatado. Todo este dinero ‘nuevo’ que ha entrado en el mundo de las criptomonedas solo ha visto ganancias; ¡es hora de ponerlo a prueba! ¡Hoy los bajistas están haciendo mucho ruido!”, exclamó Wynn en X.

La postura de Wynn resalta que la aversión al riesgo predomina, con inversores institucionales retirándose y mayor volatilidad para el inversor minorista y ETF.

Por su parte, la ola de nuevos inversores que entraron durante la última tendencia alcista enfrenta una experiencia clave de pérdidas reales y volatilidad. Sus reacciones pueden definir la duración del ciclo negativo si las ventas de pánico continúan.

El mercado observa con cautela en busca de señales de estabilización o cambios en el comportamiento inversor. Por ahora, la percepción pesimista sigue dominando y tanto analistas como traders esperan alta volatilidad en el corto plazo.

“Siempre iba a terminar así. En el momento en que la Reserva Federal insinuó recortes de tipos con la inflación aún elevada… esa fue la señal de alarma. Bitcoin alcanzó su máximo. La liquidez se agotó. Y los alcistas a ultranza seguían anunciando nuevos máximos históricos. Ahora están en silencio. Esto no es un cisne negro. Esto ya estaba previsto desde el principio”, expresó TraderJonesy.

En resumen

El mercado cripto inició el mes de noviembre bajo fuerte presión de venta, arrastrando precios y confianza. Los riesgos estructurales, macroeconómicos y la mayor presencia minorista abren interrogantes sobre la duración del pesimismo, mientras expertos y reguladores urgen cambios para proteger a los involucrados.